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lunes, 28 de octubre de 2013

El tamaño importa

La salud y el confort de los viajeros debe ser una de las principales preocupaciones de las empresas. Tanto desde un punto de vista del duty of care, o responsabilidad corporativa de las compañías -cuando sus empleados viajan por cuenta de la empresa-, como desde un punto de vista de productividad, el confort es un aspecto clave. Hace apenas unos días, durante la Convención anual de GEBTA, dábamos cuenta a la necesidad y conveniencia de mejorar las condiciones de los viajeros de negocio, de la mano de dos interesantes estudios. El primero, The Hidden Costs of Business Travel, de CWT, recoge los principales factores que generan estrés durante el viaje, a la vez que contabiliza el coste económico que éste comporta: nada menos que 662 US$ de media por viaje. El segundo, corresponde a un avance de un estudio de GEBTA, que analiza el coste de ineficiencia que se produce al viajar en condiciones que impiden al viajero trabajar o descansar.

Como no hay dos sin tres, a los indicados informes se añade ahora un interesante estudio elaborado por Airbus y el London Sleep Centre, sobre el impacto del ancho de los asientos en el confort de los pasajeros de vuelos de largo recorrido en clase turista, en el que se urge a la industria aeronáutica a establecer una medida mínima estándar de 18 pulgadas (45,72 cm), con el objeto de mejorar el confort de estos viajes. El citado estudio compara las 18 pulgadas, con los asientos más estrechos de 17 pulgadas (43,18 cm), utilizados a menudo en aviación comercial, para maximizar la utilización del espacio, y concluye que los pasajeros que viajan en asientos de 17 pulgadas sufren numerosas alteraciones, rara vez consiguen experimentar el sueño profundo y reparador. Todo lo contrario de lo que sucede cuando estos mismos pasajeros duermen en asientos de 45,72 cm.

https://www.youtube.com/watch?v=vh8PLm-MvSU&feature=youtube_gdata

Y es que no hay que llevarse a error: el tiempo perdido durante el viaje, el tiempo durante el cual el viajero no puede trabajar o descansar, es tiempo no aprovechado que lleva implícito un coste de productividad y rendimiento, pero a su vez comporta costes menos evidentes o visibles en el estado físico o en la salud del viajero, derivados de la fricción o estrés generados por la ausencia de condiciones adecuadas.


(c) Marcel Forns. GEBTA 2013

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